domingo, 7 de mayo de 2017

Super vuelta al Macizo de La Maladeta incluyendo Aneto por corredor Estasen.

7 de Mayo de 2017

Itinerario: Renclusa - Collado de Alba - Collado Cregüeña - corredor Estasen - Aneto - Aigualluts - Collado Renclusa. Unos 17 Km y más de 2.100 metros de desnivel positivo y negativo.

Más detalles, fotos, y el track de la ruta en wikiloc:

wikiloc-logo26Aneto (3.404 m). Renclusa - Collado de Alba - Collado Cregüeña - corredor Estasen - Aneto - Aigualluts - Collado Renclusa

   Más fotos …

Este es un itinerario que tenía en mente desde hace tiempo, pero que no estaba muy seguro si iba a poder terminarlo, por tiempo, por la exigencia física que supone, y porque el enlace del Collado de Alba al collado de Cregüeña prefería hacerlo acompañado.  Una vez alcanzado el collado de Cregüeña, sabía que podía ajustar la duración y distancia del itinerario para volver hasta La Renclusa, bien por el Collado de Coronas, evitando subir al Aneto, e incluso volviendo por la Cresta de Los Portillones a la vertiente de La Renclusa evitando así el descenso hasta Aigualluts y posterior ascenso hasta el Collado de La Renclusa.

El 7 de Mayo, primer día de esta segunda escapada a Pirineo de la temporada, comencé con ganas ascendiendo al Collado de Alba. Ascendí rápido con lo me puse en el collado a buena hora, creo que sobre las 10 de la mañana. La fortuna quiso que coincidiese en el collado con tres muchachos que también tenían ganas de darle y enlazar con el Collado de Coronas. Su idea de cómo hacerlo difería un poco de la mía, dado que pretendían subir hasta el Pico Cordier y descender desde él hasta el Ibonet de Cordier y, flanqueando, enlazar con el Collado de Cregüeña o Aragüells, itinerario que también es factible. Sin embargo, el primer objetivo, que sería el Collado de Cordier, ya no tenía buena pinta, bastante escarpado, con mucha roca aflorando, obligaría con toda seguridad a subir con crampones.

Finalmente, les conté mi exploratoria anterior en la que me asomé al Ibón de Cregüeña desde el collado al SO del Pico Bondidier, y cómo había visto trazas de unas huellas de subida en ese punto, que debían venir desde el Ibón de Cregüeña. Después tocaría subir, probablemente con crampones, hasta el Collado de Cregüeña, lo que era la contrapartida al descenso que nos esperaba. En éstas estábamos cuando descubrimos unas huellas en dirección al Ibón de Cregüeña, apenas imperceptibles por la dureza de la nieve a esas cotas, lo que nos convenció definitivamente de seguir en aquella dirección.

Llegado al collado al SO del Pico Bondidier nos desconcertó que la huella que estábamos siguiendo no seguía descendiendo, continuaba a la izquierda flanqueando hacia el Ibonet de Cordier. Esto nos hizo dudar, nos asomamos a algunas canales, pero la pendiente impedía ver si realmente tenían continuidad o no. Finalmente nos dirigimos a la canal que tenía localizada de mi exploratoria anterior, en la que había visto la huella de subida, tampoco había manera de saber si tenía continuidad o no. En la confianza de que tendría continuidad –si alguien había subido debería tenerla-, nos metimos en ella, primero con una pendiente cómoda, después ya con inclinación más severa, sin que aún nos hubiese desvelado si nos dejaría llegar hasta el Ibón de Cregüeña. Finalmente resultó una muy buena esquiada, con nieve algo dura al comienzo, transformada a primavera en las partes con mayor pendiente. Poco después veríamos que habíamos elegido la alternativa buena, y que las otras canales acababan en cortados infranqueables, evidente viéndolo con perspectiva desde el Collado de Cregüeña, pero imposible de predecir antes de comenzar el descenso si no conoces el terreno.

El circo de Cregüeña es espectacular, agreste, circundado de tres miles, silencioso, solitario –poca gente se acerca hasta aquí en invierno-.

Viendo la sombría ladera NO bajo los picos Maldito y Aragüells y, en la certeza de que tarde o temprano debería poner crampones, los puse ya en el llano de Cregüeña. Durante el ascenso apreciamos el itinerario seguido por las huellas perdidas, habían flanqueado hacia el Ibonet de Cordier, para, una vez superado, buscar el descenso dirección Sur, por terreno bastante escarpado, pero que permite flanquear bajo el Pico Abadías y Pico Maldito para enlazar con el collado de Cregüeña sin descender al nivel del lago, evitando así algunos metros de desnivel.

Costó tiempo y esfuerzo llegar al Collado de Cregüeña, pero llegamos. Algunos ascendieron las primeras rampas con esquís, para poner crampones en la parte más expuesta sobre los cortados que caen bastante verticales desde el collado al Ibón de Cregüeña. Éste es el punto que tenía identificado a priori como más delicado por su exposición y por la probabilidad de que estuviese helado. Finalmente llegamos al collado sin mayor dificultad que el propio esfuerzo, mayoritariamente sobre nieve dura que se cramponaba bien, y algún resalte de hielo que no supuso mayor dificultad.

La vista desde el Collado de Cregüeña reconforta, a nuestro alcance el Aneto, majestuoso por su cara Oeste, y tentador el Corredor Estasen en el que a esta hora ya tardía seguía entrando gente que accedía por el Collado de Coronas.

Sobre el Corredor Estasen  pregunté a los compañeros de ruta en este punto, si lo conocían y cómo lo veían. Me dijeron que asequible, suficiente con un piolet de travesía y crampones, aunque la hora les parecía ya demasiado tarde y su ascenso perdía ya buena parte del “interés alpinístico” que podía tener. Escuché e interioricé su valoración, pero algo en mí me decía que el día de la oportunidad era hoy, y que si hoy no la aprovechaba, tardaría bastante tiempo en volverse a presentar, … o quizás no se volviese a presentar nunca.  Decidí que tomaría la decisión definitiva en el foqueo hacia el Collado de Coronas, dependiendo de cómo me encontrase.

El descenso hasta el Ibón de Coronas, rápido, todavía con buena nieve. En este punto estamos en cota 2.740 m aproximadamente, se divisa cercano el Collado de Coronas,  pero aún quedan 450 m de desnivel para alcanzarlo, ¿y al Aneto?, pues un poco más, 650 m de desnivel. ¡Uff!, a estas alturas el esfuerzo acumulado ya es importante, se hace un poco cuesta arriba el tema. Pues nada, andando se hace al camino, así que ponemos focas y para arriba. Remontados los primeros centenares de metros, comienzo a virar hacia el Corredor Estasen, está claro que hoy es el día de conocerlo. Me despido de los compañeros de ruta que continúan hacia el Collado de Coronas. Todavía estoy viendo que entra un grupo de tres personas en el Estasen, pero voy por detrás de ellos, me temo que voy a ser el último de la jornada. Superar estos 300 m de desnivel por pendientes cada vez más fuertes, cuesta, primero con esquís hasta donde lo considero prudente, después con crampones para acometer la entrada al corredor que presenta fuerte pendiente (> 45º, quizás 50º).

El Corredor Estasen (cara Oeste del Aneto) tiene huella bien marcada, y la nieve ya está transformada. La progresión es lenta, costosa, pero bastante segura. Antes del primer giro a la derecha empiezan a lloverme trozos de nieve, hielo, y lo que quiere caer desde arriba. Desprendimientos por el recalentamiento del sol pienso inicialmente, pero lo que son goteos comienzan a convertirse en cascadas, me cae de todo y en cantidades, me preocupo. Poco después descubro a qué se debe, no es por el calentamiento, es porque varios esquiadores están descendiendo el corredor, con tablones freeride de esos que barren todo a su paso, y todo lo que barren me está cayendo encima. No me gusta nada la situación, estoy doblemente expuesto, por lo que me está cayendo que puede golpearme y desequilibrarme, y porque ante una caída existe la posibilidad de que me arrastren a mí también. La huida hacia adelante como solución, decido que lo mejor es que progrese para superar cuanto antes la posición de los esquiadores, pasada esta curva el corredor se ensancha y hay más sitio para todos. No me deshice de este riesgo hasta llegar a la arista superior, después de estos esquiadores vinieron otros, y así durante todo el trayecto que me quedaba. Este pasó por ser el mayor riesgo al que me expuse en la jornada.

Me costó esfuerzo en llegar a la arista cimera, la Arista de Llosás, pero llegué. Breve parada allí para contemplar la vertiente opuesta antes de comenzar el flanqueo y posterior ascenso por la arista hasta alcanzar la cumbre del Aneto (3.404 m). A la salida del corredor coincidí con las tres personas que habían entrado delante mío al corredor, dos muchachos y una chica, que se disponían también a descender el Estasen tras hacer cumbre y tomar un refrigerio en la misma salida del corredor. ¡Vaya, éstos no van a acompañar en el Paso de Mahoma!.

Cumbre el Aneto. Es ya tarde, deben ser sobre las 15:00 horas cuando llego a la cumbre del Aneto. Coincido unos minutos con un grupo de Asturianos (lo adiviné por lo de la cervezuca), que se disponen ya a cruzar de vuelta el Paso de Mahoma. Yo tengo que tomar aire y tratar de descansar unos minutos, aunque sopla viento y no se está bien en la cumbre. Finalmente paré poco en la cumbre, y no paré para comer que quizás fuese lo que tocaba, lo que probablemente me pasase factura más adelante.

El Paso de Mahoma. Estoy solo en la cumbre del Aneto, cansado y a disgusto, pero este no es un buen sitio para quedarse hoy, así que hay que continuar. Empaqueto los esquís en la mochila, sujetándolos en horizontal bajo la seta, es la manera que interfieran lo menos posible en las trepadas y destrepes que hay que hacer en el expuesto Paso de Mahoma. Lo paso sin demasiada dificultad, con crampones, sobre capa de nieve acumulada que hace que me parezca menos complicado que en otras ocasiones. Me planteo si parar a comer algo una vez superado el paso, pero tampoco me apetece la idea de retrasarme mucho más y quedarme totalmente sólo, así que me preparo para bajar.

El descenso desde Aneto hasta Aigualluts. Aunque en algún momento me había planteado descender hacia el Ibón del Salterillo por sus tubos, finalmente decido dejarlo para otra ocasión  y bajar directo pegado a la Arista Nordeste que separa el Glaciar del Aneto del Glaciar de Barrancas. Esquié el primer tubo en muy buenas condiciones, sigo a mi derecha por encima del contrafuerte que solamente se salva por un punto, hay huellas así que decido que podrá salvarse. Para salvar el contrafuerte las paso un poco putas, esto se empina, se estrecha, y afloran rocas en la parte más empinada, unos metros derrapando y me dejo caer en un largo giro, ¡superado!. Me voy animando en el descenso, la nieve ya ha transformado y está más pesada, en una de estos giros un esquí se engancha, caigo y salta un esquí, primer aviso. Sigo bajando con más atención pues el estado de la nieve lo requiere, nieve pesada, profunda, así que giros largos, tratando de no forzar demasiado.

¡Ay mi rodilla!. Ya superada la última pala de generosa pendiente que me deja en Valle de Barrancs, una nueva enganchada de esquí. En este caso mi rodilla derecha sufre una fuerte torsión antes de que el esquí salte. El dolor es fuerte, esto es serio, no estoy seguro que vaya a poder levantarme. Además estoy solo, no estoy seguro que vaya a poder continuar por mis propios medios. Diviso en la vaguada al grupo de Asturianos, sin pensar en el dolor calzo esquí y me dirijo a ellos sin hacer ni un solo giro, dado que no me atrevo a apoyar la pierna lesionada. Alcanzo al grupo, les comento la situación, les pido que me vigilen a ver si puedo continuar por mis propios medios o voy a necesitar ayuda. Desciendo esquiando por mis medios hasta Aigualluts, tratando de no apoyar la pierna derecha, pues tengo un fuerte dolor continuo y, cuando fuerzo, pinchazos agudos. Llego a Aigualluts, toca ahora ver si puedo caminar, sigue el dolor continuo que, cuando apoyo, es más agudo. Bien no voy, se me plantea un dilema, vuelvo al coche desde Aigualluts dando por asumido que no esquiaré más, o vuelvo al refugio de La Renclusa y a ver qué pasa mañana. Tengo un problema, las llaves del coche y algunas pertenencias están en el refugio por lo que tampoco me resuelve totalmente regresar al coche. Los asturianos se ofrecen a echarme una mano, tras pensarlo un rato mientras como algo, y sin esperar a que la lesión se enfríe demasiado, decido seguir avanzando hacia La Renclusa, me queda atravesar andando el Plan d’Aigualluts, remontar foqueando hasta el Collado de La Renclusa, y descender con esquís hasta el refugio. Poco a poco, y no exento de dolores voy haciendo el camino que me queda, llego al refugio poco antes de la hora de la cena que comienza a las 19 horas. Cuidados paliativos para tratar de relajar la rodilla esa noche y ver qué pasa al día siguiente, no tengo mucho donde elegir, aspirina y una pomada  Thrombocid que me prestan en el refugio, que tampoco debe ser muy indicada para este tipo de lesiones, pero me la doy pues cualquier alivio será bienvenido. La noche la paso a medias, buscando posiciones en la que la rodilla relaje.

Al día siguiente decido probar a ver cómo se comporta la lesión, a ver si es factible seguir haciendo actividad, emprendo foqueo hacia el Collado de Alba, y si todo va razonable, seguiría hacia el Pico Cordier (Maladeta Occidental), para descender por el Glaciar de La Maladeta de nuevo al refugio. Parece que la rodilla no se comporta mal, y aguanta las posturas normales de la actividad sin resentirse aparentemente. El descenso, que es donde más puede sufrir la rodilla, lo realizo con suma precaución. Al final de la jornada observo hinchazón en el gemelo, mismo tratamiento que el día anterior, y a relajar la pierna. Los dos días siguientes continúo también haciendo actividad, el primero hasta la Tuca de Mulleres, recorrido largo que me pasa factura observando al final de la jornada un fuerte hinchazón en el gemelo. Al día siguiente, toca terminar la serie, el plan es ascender hasta el Pico del la Maladeta, llegando finalmente hasta la rimaya en condiciones de nevada y visibilidad nula. Ese día finalizo pronto la jornada y me dirijo a Torla con la intención de dar una vuelta por Ordesa la día siguiente si las condiciones meteorológicas lo permiten. Finalmente las condiciones meteorológicas  no lo permitieron y el día siguiente fue de conducción para regreso a casa. La posición de conducción también debió pasar factura, pues llegué a casa con la pierna visiblemente más inflamada, en contra de lo que esperaba.

La lesión. Pues pasadas tres semanas aún no tengo claro todas las secuelas que puedo tener consecuencia de la lesión, ¡y que me digan que seguimos teniendo una sanidad pública de calidad destacable a nivel mundial!. Es cierto que no he tenido dolores que me impidiesen hacer los movimientos habituales, andar, etc., por lo que no busqué un diagnóstico urgente, pero creo que debería haberlo hecho. El primer tratamiento fueron antiinflamatorios y un vendaje que se me cayó cuando bajó la inflamación … y nada más. Ahora, tras tres semanas y media, me van a ver en el centro regional de medicina deportiva, una ecografía para tratar de ver las lesiones que quedan en la rodilla y en el gemelo. En una primera exploración externa, parece que al menos tengo “pata de ganso”, un a tendinitis en la inserción en la tibia de los músculos semitendinoso, grácil y sartorio. En este centro he aprendido que con la ecografía tampoco pueden ver lesiones en capas interiores, por lo que tampoco pueden descartar del todo que haya lesiones de menisco o ligamentos, para lo cual haría falta una resonancia magnética, y eso ya no lo pueden prescribir. Concluyendo, que tras cuatro semanas voy a acabar yendo a un centro privado, lo que tenía que haber hecho desde un primer momento.

Yo creo que se me han juntado varias lesiones en la misma pierna, la propia torsión de la rodilla con las secuelas que haya podido dejar, que todavía desconozco; y la que afectó al gemelo, probablemente consecuencia de un sobreesfuerzo, de una sobrecarga muscular, que fui empeorando por el hecho de seguir haciendo actividad tres días más después de la lesión.  Y respecto a la lesión inicial, creo que también pequé de imprudente por el sobreesfuerzo que supone el recorrido, rematado con la ascensión del Corredor Estasen al Aneto, que hice prácticamente sin descansos que permitiesen recuperar algo la fatiga, y prácticamente sin alimentarme durante el recorrido. Ahora estoy de parón, a la espera de un diagnóstico preciso y de conocer si debo hacer o no rehabilitación, que también deberá ir por la sanidad privada.

Bueno, volviendo a la actividad en sí, ahí van unas fotos de esta magnífica actividad.

Collado de Alba, flanqueado por el Pico Mir y Punta Delmás (izda.), y Pico de Alba (dcha.).

Collado de Alba superior, últimos metros sin esquís.

Collado de Alba (3.092 m).

Collado de Cregüeña o Aragüells (centro) desde Pico Sayó. A la derecha Pico Bondidier y Collado Cordier.

El Ibón de Cregüeña y la canal de descenso desde el collado al Oeste del Pico Bondidier (cota 2.948 m).

De izda. a dcha., canal de descenso al Ibón de Cregüeña, Pico Bondidier, Ibonet de Cordier (oculto), y, sobre él, Pico Cordier. A la derecha el Glaciar de Cregüeña.

Pico Abadías (3.272 m, izda.) y Pico Maldito (3.354 m, dcha.), con su corredor Oeste. Desde Ibón de Cregüeña hacia Collado de Cregüeña.

Aneto desde Collado Cregüeña o Aragüells. (2.914 m).

Vallibierna desde Collado Cregüeña o Aragüells.

Aneto desde Collado Cregüeña o Aragüells.

Aneto desde Collado Cregüeña o Aragüells.

Pico Aneto (3.404 m), techo del Pirineo. Bien marcado el corredor Estasen. Desde collado Cregüeña.

En el Ibón de Coronas, poniendo pieles.

Los compañeros de ruta remontando hacia el Collado de Coronas.

Corredor Estasen al Aneto. Entrada al corredor.

Desde la arista cimera a la salida del corredor Estasen, A la izquierda el Collado de Cregüeña, de donde vengo.

Corredor Estasen al Aneto. Salida a la arista cimera.

Corredor Estasen desde la arista cimera de salida. Se baja esquiando, con la debida técnica. 45º asegurados, resaltes a 50º probables.

Estos muchachos preparando el descenso con esquís del corredor Estasen desde la Arista de Llosás, arista cimera del Aneto.

Arista cimera al Aneto, arista de Llosás.

Arista de Llosás hacia a la cima del Aneto. Ya se divisan la cruz y la virgen de cumbre.

A pocos metros de la cima del Aneto, a la vista la cruz y la virgen de cumbre.

Cumbre del Pico Aneto (3.404 m), techo del Pirineo.

Cumbre del Aneto (3.404 m), junto a la característica cruz.

Cumbre del Aneto y arista SO, arista de Llosás.

Cumbre el Aneto y arista N hacia el Paso de Mahoma.

Paso de Mahoma a la cumbre del Aneto.

Paso de Mahoma petado (10 de Abril de 2017). Esto no me gusta.

El itinerario de descenso desde la cumbre del Aneto hasta Aigualluts, 1.400 m de desnivel.

Primer tubo esquiable con nieve polvo. 10 de Abril de 2017.

Descenso desde cumbre del Aneto hasta el Valle de Barrancs. 10 de Abril de 2017.

Detalle del descenso desde cumbre del Aneto, primer y segundo tubo esquiables. 10 de Abril de 2017.

Collado de la Renclusa, de vuelta al Refugio de La Renclusa. Vistas al Pico de Alba (izda.) y Tuca Blanca de Paderna (dcha.).

Pico de La Renclusa (dcha.), y Collado de La Renclusa a su izquierda. Cara O, visto desde Refugio de La Renclusa.

              

¡Nos vemos por las montañas!

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